La parte central de este espacio está destinada a un salón-comedor con unas vistas de la ciudad de casi 360º gracias a los grandes ventanales de la fachada que miran de poniente a levante, entre el Tibidabo y el mar. También destacamos un gran despacho y una sala de reuniones. La combinación de materiales tales como la lana, el basalto, la madera de ébano, el latón sulfurizado o el pan de oro junto con algunos muebles realizados a medida por Carles Riart, dan a este espacio un aire exclusivo y a la vez doméstico.